lunes, 28 de junio de 2010

Introspecciones suicidas II


Yo soy tan común como ver a un loco calato andando en pleno Jirón de la Unión. Yo soy tan común como ver a un chofer de combi bajandole un billetito a un policía para que no le ponga la papeleta. Yo soy tan común como salir a chupar un sábado en la noche y regresar a casa con el pan a las 8 am.
A veces, yo me quiero, a veces, no.

Me gustan los días oscuros y tengo problemas de sueño, amo el invierno y fui depresivo algún tiempo. Tomé pastillas para dormir, fumé casi una cajetilla diaria y después me enamoré perdidamente, o quizás no, también hice daño y terminé estropeando todo, el gran error de mi vida, jamás debió pasar, en resumen, siento que soy consecuencia de mis propios actos propios de la inmadurez de mi edad adolescente.

A los 20 ves la vida de otra manera, ya no andas con rodeos y no haces drama de todo, la vida tiene que ser muchísimo más simple y no es lo mismo enamorarte a los 15 que a los 20. A pesar de los cambios, la intensidad con la que vivo no la he cambiado nunca, aunque a veces me fallen los cálculos sobre todo en el amor.

Me acuerdo perfectamente desde el primer día que te conocí, en esa fiesta a la que no iba a ir, esa noche elegante en la que faltaba alguien para completar el lugar vacío que había en tu mesa, recuerdo que llegué y te vi y jamás he sentido otra vez esa mirada sobre mí de nadie más, quizás cuando la vuelva a sentir sabré que me he vuelto a enamorar, porque no te conocía ni siquiera un minuto, pero esa mirada fue todo. Me acuerdo que te vi después de un par de días, en un club por algún lugar perdido de Lima y fui a buscar a tu mejor amiga, tras los lentes oscuros en cuyos cristales se reflejaba el sol, escondía la mirada más tímida que le di a alguien, tú pensabas que yo no te veía, y me mirabas con descaro, me buscabas, y yo también, pero después de eso, todo cambió, nuestra historia se suspendió y pensé que todo pasa por algo.

Tenía que viajar, no podía quedarme en Lima, se lo dije a tu mejor amiga, ella no estaba dispuesta a soportar una relación a distancia, quizás ahora yo tampoco lo haga, me sería muy difícil, tú me dijiste que todo estaría bien, que la olvide, que era mejor así y estabas mañana, tarde y noche en mi celular, en mi teléfono fijo y en mis redes sociales, hablabas de ti con autosuficiencia, como para conocerte mejor a propósito, y lo conseguiste, me preguntabas siempre ¿cómo estás? ahora quizás ya no lo recuerdes, no importa, si llegas a leer esto, te vas a acordar.

6 de la mañana de algún día de hace unos años un mensaje en el celular.
"¿Cómo amaneciste? espero que bien, yo me acabo de despertar y anoche soñé contigo, me encantó, ahora en un ratito me voy al colegio, espero verte pronto, ten un lindo día ¿sí? te quiero niño."
Perfecto, yo no tenía la mínima intención de estar contigo, creo que tú me conquistaste primero haciéndote notar, y yo no me daba cuenta hasta que un buen día mensajeando mientras estabas en la playa me dijiste " Eres un niño increíble y lindo, le puedes gustar a cualquier chica, y yo si fuera una de esas chicas, no dudaría en estar contigo" eso cambió mi manera de pensar, me acuerdo que desde ese momento empezamos a hablar distinto, a recordar cómo nos conocimos, y tu mejor amiga (que pasó a ser una entrañable amiga mía también) me decía que éramos la pareja perfecta, que tú y yo habíamos nacido para estar y, es más, que si yo estuve con ella, fue porque era necesario que eso pase para que al final tú y yo nos encontráramos. Creo que no se equivocó, quedamos en salir, me moría de la verguenza pero daba igual, quería verte.

Llegaste en el carro de tu papá y yo te esperaba en la esquina de un lugar céntrico donde flamean miles de banderas, en ese tiempo, con un sol radiante. Yo tenía un polo blanco, Jean y Converse. no podía haber ido más simple, tenía varios kilos menos, quizás te acuerdes, cruzaste la pista, no sabías a dónde mirar, cuando llegaste a la esquina caminé un poco, caminaste despacito, me mirabas y no sabías qué hacer, yo tenía miedo, confieso que por un momento pensé que ibas a salir corriendo pero de pronto te acercaste y no dijiste una sola palabra, no me saludaste, solo te acercaste y yo también lo hice, despacio, sentí ese perfume Givenchy que aún guardo y cuido con especial cariño, me encantaba, tus labios estaban sobre los míos y no habíamos dicho absolutamente nada, cerramos los ojos, fuimos felices y nos dimos un tierno primer beso en medio de la gente, de los carros, de la bulla, de todos, ¿Tú notaste eso? yo no, es como si no hubiese habido nadie, solo tú y yo, fue el beso más dulce que me han dado, no miento ni exagero, después me abrazaste fuerte, muy fuerte, y yo también, te dije que te quería y que estaba feliz de estar en ese momento y en ese lugar, me dijiste que no te arrepentías de estar conmigo ahí mismo, te tomé de la mano y nos fuimos caminando, me reí de la situación y de la gente y tú tambien, pasamos por mil embajadas por todo San Isidro, hablando de todo lo que no podíamos por teléfono, fuimos al cine, salimos de noche, caminamos por las avenidas sin saber dónde estábamos, nos despedimos, nos mensajeamos a los dos minutos, ¿estabas bien? sí mi niño, estoy bien, ¿y tú? yo camino a casa, mi papá me recoge, como siempre; está bien, cuídate, hablamos por messengger más tarde, ¿te parece? perfecto, al rato, te extraño, yo a ti, este día ha sido mágico, ya lo creo, y después hasta muy tarde, era muy feliz.

Ya estábamos, pero necesitaba decírtelo, tú me vas a entender, te recogí del colegio y nos fuimos rapidito, tenías varias cosas para mí, siempre fuiste tan detallista, tan preocupada, eras mi chica, mi mamá, mi abuelita, mi amiga, eras todo, absolutamente todo. Te sentaste y cruzaste las piernas, tu figura delgada se veía perfecta con tu uniforme y tu peinado, tu rostro aún de niña, te tomé de las manos y me puse de rodillas, te di una flor y te dije si querías estar conmigo, casi lloras, me abrazaste y me dijiste que sí, que para siempre, nos besamos otra vez y leí los miles de papelitos que me habías hecho, comí el chocolate que me regalaste, salimos pronto de la mano y nos fuimos a caminar a Miraflores como siempre, felices, quizás fuimos al cine (tú me enseñaste a ver más cine, yo lo odiaba, pero contigo me gustó, te confieso que casi no he ido al cine desde que ya no estamos y no sé si quiera volver a ir si no es contigo) quizás fuimos a ver el mar, amabas ver conmigo el mar, sentarnos en nuestro lugar que sabes perfectamente cual es, aunque de repente ahora ya no tenga el mismo significado para ti, no importa, yo me acuerdo que cuando había calor te tomaba de la mano y nos quedábamos callados viendo la inmensidad hacia el fondo y soñábamos con vivir y despertar todos los días viendo ese mismo paisaje que nos unió alguna vez; cuando había frío, te abrazaba fuerte y me pedías que no te falte nunca, no decías nada, solo bastaba que me mires para entender que no necesitabas palabras, solo querías sentirme cerca.

Nos conocíamos de memoria, como si fueramos hermanos, nos predecíamos, recuerdo perfectamente que cuando me molestaba algo, tú me preguntabas qué me pasaba, yo como siempre y como todos, te decía que nada, y me lo preguntabas mil veces, y yo mil veces nada y me decías exactamente lo que me molestaba y yo te preguntaba cómo demonios lo sabías, y tú, te conosco perfectamente, sé lo que te molesta, intentabas arreglar las cosas en el acto, jamás podías pasar una noche si estabamos mal, si algo fallaba, ponías todo de tu parte para arreglarlo, eras única en ese sentido, no querías darme motivos de nada, me llamabas mil veces para saber como estaba y todas tus amigas sabían de mí y me querían un poco, les caía bien, en un momento eso te llegó a joder demasiado ¿verdad? a mí también me jodían ciertas cosas, al principio no fue fácil, te debes acordar, como siempre, tengo mala suerte con los exs y el tuyo no fue la excepción, pero estuvo bien, al final y poco a poco se fue por completo y me lo dijiste y demostraste, cada momento que pasábamos era perfecto, incluso cuando nos peleábamos.

Te amaba tanto que mi primera vez fue contigo. No había nadie en mi casa, tampoco nadie iba a llegar, veíamos tele en mi cuarto y poco a poco fuimos olvidándonos un poco de lo que transmitían, te pregunté si estabas segura, me dijiste con firmeza que sí, que estabas completamente segura y que me amabas, yo te dije que también, la computadora estaba prendida y sonaba october, sonó mil veces, sonó tu corazón junto al mío dentro de los dos, fue muy despacio, con mucho cuidado, casi temblando por los nervios, con muchos abrazos, con muchos besos, sin prisa, sentí que estábamos completos, no cabíamos en tanta felicidad, de saber que ambos habíamos empezado una nueva etapa, eramos completamente de ambos, my only hope, my only peace, my only joy, my only strength, my only power, my only life, my only love... la canción era perfecta, sollozaste después un poco de la emoción, me abrazaste fuerte y me dijiste mil veces que me amabas, que estabas feliz, te dije que eras lo mejor que me había pasado, que nos habíamos entregado por completo, que nada nos iba a separar. Nos fuimos, comimos después , caminamos, nos abrazabamos, se murió el día, como siempre, juntos.

Estabas conmigo en todas, cuando era feliz y cuando estaba mal, cuando me tuve que ir a vivir a otra ciudad por algunos meses y me llamabas a diario a preguntarme cómo estaba, que cuándo volvería por ti, te decía que ya quería ir, que te extrañaba, quería verte y mis papás (por primera vez) ya sabían quién eras tú y que estábamos, te aceptaban, eras una princesa, mi papá te amaba, creo que hasta hoy quiere que seas parte de la familia, como antes, todos te querían, mis primas, mis tíos, mi mamá al final teminó aceptándote y teniéndote cariño, siempre me pregunta por ti, me dice que eras una buena chica para mí, así como fue conmigo, también fue con tu familia, tus papás me querían y respetaban, es más, a veces me hacían más caso a mí que a ti, confiaban en nosotros, te iba a recoger, salíamos con ellos, me traían hasta mi casa, al principio me moría de la verguenza, pero después no tuve problemas, son geniales aunque andes medio peleada con ellos, eran tiempos dorados, un pasado mejor.

Mi tía enfermó de cáncer y tu mamá y tú me apoyaron increíblemente, a pesar de lo trágico, no podía faltar a tu fiesta de promoción, que con tanta anticipación habías planeado. Le dije a mi papá que algo distinto tenía que hacer, regalarte. Me ayudó, nos fuimos a comprar las flores más bonitas y vinimos con todo un vivero. Él se encargó de hacer el arreglo, le quedó increíble, por ahí debes tener alguna foto, no lo sé, buscamos una orquidea natural, la mejor de todo Lima, contactamos a una señora especialista que les hace las orquídeas a las promociones del Markham y el San Silvestre, escogí la que mejor iba con tu vestido, ese vestido negro que te pedí para esa noche, te hice una carta, llegué a tu casa, me miraste y mientras mi papá saludaba a los tuyos, te di el arreglo, lo miraste y te emocionaste, te encantó, a mí también, lo hice para ti, te dije, con mi papá, te sorpendiste, te di la carta y la orquídea, subimos al carro de tu papá y nos fuimos. Bailamos toda la noche, tuvimos una exquisita cena y fuimos bien atendidos, esa noche conocí el Sheraton. Dijimos que algún día íbamos a pasar un fin de semana hospedados ahí después de algún viaje que tuviéramos. Conversamos mucho, la pasamos bien, bailamos hasta las 6 y 30 de la mañana, fue la fiesta más divertida de toda mi vida, la mejor, nunca me la había pasado tan bien, contigo todo era increíble. Tomamos desayuno, nos fuimos cansados en el carro, de la mano, mi papá me esperaba en cierto lugar, bajé y me fui, quería que ese día sea eterno, quisiera reinventar la máquina del tiempo, gracias por todo.

Quedaba muy poco pero no lo sabía, para celebrar nuestro aniversario nos fuimos a un club hermoso al este de Lima, con mucho verde, me intentaste enseñar a nadar en la piscina, la pasamos increíble, hicimos el amor algunas veces, estábamos solo los dos, me encantaba saber que podía compartir tantas cosas contigo, incluso las que te gustaron por mí, o porque yo hice que te gustaran, como el fútbol. Regresamos tempranito a Lima, por la tarde, comimos mucho porque nos moríamos de hambre, nos llevamos lo que faltaba al estadio, mi papá y mi hermano nos esperaban para ver a la U , gritaste intensamente ese día los goles, eras una hincha más, te gustaba compartir cosas conmigo y me encantaba que lo hagas no por obligación, después nos fuimos a Starbucks y terminamos en día con unos frapuccinos de caramelo, riquísimos, te recogieron y yo me fui con mis papás, perfecto, día perfecto, feliz aniversario.

Yo tuve la culpa de nuestra eterna historia fallida, lo siento. No pude esperar y no supe ver todo lo que habías cambiado para mí, siguiendo mi ideología, solo me queda decir que todo pasa por algo, quizás no debíamos forzar nada más, de todos modos siempre vas a estar presente en cada cosa que haga y cuando tenga hijos, les hablaré de que mi primer amor fuiste tú, lamento no haber sido capaz de ver todo lo que significabas para mí, mi inmadurez no me dejó seguir contigo y renuncié a toda posibilidad, cuando me di cuenta, era demasiado tarde, pero no importa, me has dejado la mejor historia que he podido vivir y puedo decir que contigo he conocido el amor en todas sus dimensiones, gracias por todo lo que me enseñaste incluso después de haber terminado, guardo el mejor recuerdo tuyo en todo sentido y ojalá que en algún momento nos volvamos a encontrar. No todas las historias son perfectas, pero la nuestra fue la más bonita que haya podido vivir, ahora somos otros, tú no eres la misma y yo tampoco, hemos cambiado, pero mientras fuimos, estuvimos felices y esos momentos jamás nadie me los va a borrar.
El amor es así, impredecible, no importa entonces el mañana, solo vivir el momento, para que si se acaba, como todo ciclo en la vida misma, te queden los mejores recuerdos y la satisfacción de haber vivido intensamente y feliz.

Eres la introspeccion del amor que hasta ahora no he podido responder, que he podido conocer y que no sé si algún día repetiré, mientras tanto voy a seguir esperando a que pase la vida y me toque vivir algo mejor, distinto, de todos modos y aunque ya no te acuerdes de mí, gracias por lo vivido.
Soy Uziel y esta es mi historia de amor, que tal vez jamás pueda volver a vivir.

3 comentarios:

Paloma dijo...

qué romántico mi chapulín :)

Blá. dijo...

todas las historias son únicas, pero ánimo tienes 20 y esto no es un melodrama, menos mal ;)

chica poeta dijo...

que linda historia :)