sábado, 14 de agosto de 2010

Las aventuras del negro Bracy

-Vamos al taco.
-Vamos, pero pásale la voz al pollo y a su primo.
-Carajo, characato, pero no tengo plata-Dijo Bracy.
-Vamos nomás, que su primo del pollo ponga.
-Habla bonito, oye, todavía no aprendes bonito el español.
-Pero si yo hablo bien- Dijo Characato.

Caminaron desde la esquina del movimiento, un lugar obligado, un punto de encuentro desde hace varios años, para empezar la movida nocturna en Marcona. Cuentan que hace muchos años, cuando recién se descubrió el yacimiento de hierro en ese lugar y se había iniciado la sustracción para exportar, venían desde distintos lugares del país, distintas prostitutas hermosas, para satisfacer a los marineros o capitanes y a los altos funcionarios de las empresas que trabajaban allí, estas señoritas del sexo fácil eran las más solicitadas e incluso movilizaban a muchos caballeros desde muchos puntos, que, hacia los años 70, llegaban a Marcona, famosa también por sus playas vírgenes y lugares místicos.

Siguieron por una de las principales avenidas que conecta el centro de Marcona con la carretera que lleva hacia el desvío para Ica o Arequipa, y por el otro lado, es la médula de todas las zonas que se interconectan con ella. En Marcona no hay urbanizaciones, hay zonas, en los buenos tiempos, cuando operaba la "Marcona Minning Company" se construían cuadras de casas, las cuales bautizaron como "pabellones", con dos plantas y aproximadamente 10 casas en cada una de ellas. La empresa le otorgaba al trabajador una casa en el primer o segundo piso, para que pueda vivir con su familia. Tenían tres dormitorios, cocina, sala, comedor, cuarto de baño y de servicio y un pequeño espacio en la parte trasera de cada casa, el cual podía ser usado para tender ropa o tener algunos animales. A las espaldas de estos pabellones no había nada más que un camino oscuro y los espacios de guardado de cada casa, además una llave de luz general que jamás se apagaba porque dejaba sin electricidad a todos.

Las navidades eran una fiesta, se unían todas las cuadras de cada zona y hacían bailes en la pista, la misma empresa brindaba servicios gratuitos de pintado de fachadas y refacciones, el recojo de basura era puntual y las pistas estaban en perfecto estado, abundaban áreas verdes y diversas comodidades para todos los habitantes. Eran tiempos buenos, se trabajaba mucho, pero jamás excedían las ocho horas. Un ómnibus de la empresa recogía en cada esquina de los pabellones a los trabajadores, pasaba toda la ciudad y los llevaba hasta su lugar de trabajo, ya sea en la mina o en la operación de maquinarias, y aunque este sistema continúa hasta el día de hoy, ya nada es lo mismo.

En el gobierno nefasto de Velasco, se nacionaliza el yacimiento, conviertiéndose en "Hierro Perú", fuentes históricas señalan que el propio presidente se negaba a la medida pero que la presión dirigencial de una étile del sindicato de trabajadores y el ministro de Relaciones Exteriores Edgardo Mercado Jarrín, influyeron para que se tome la medida, el propio presidente entonces, pidió a su ministro que se encargue del problema.
Durante esos años posteriores a la nacionalización, hubo una ola migratoria puesto que las condiciones de trabajo ya no eran las mismas, había salarios paupérrimos y baja calidad de vida: la ciudad perdió el color y el misticismo de antaño. En 1992, el gobierno de Fujimori privatizó el yacimiento, la transnacional China "Shougang" inició sus operaciones, entonces, el centro minero pasó a llamarse "Shougang Hierro Perú". La consecuencia fue la explotación de trabajadores, las constantes huelgas y el abandono de las casas, zonas desaparecidas y pabellones que más parecen de terror, en un estado de abandono y olvido, de los buenos tiempos, solo quedan recuerdos, aunque la alegría de su gente jamás se pierde.

Caminaron aproximadamente 15 minutos, a paso lento y como envolviéndose en la noche, el negro Bracy y el Characato ( Que era vecino del pollo, desde su infancia, hasta que se fue a estudiar a la UNSA y volvió amando el Misti y el rocoto relleno) iban sin prisa, recién empezaba la noche. Desde la parte baja, se pararon en la entrada de la escalera ancha de cemento que conduce al segundo piso donde el Pollo y su primo vivían, silbaron y ambos salieron rápidamente con casacas impermeables y doble pantalón. El viento que corre es inclemente.

-Vamos al taco- Propuso Bracy.
-Vamos pues.
-Qué, ¿Apuestita?
-Cachorros- Dijo el Pollo.

El único salón de billas que hay en Marcona está al costado de una cantina y en una de las calles más movidas e ilegales del puerto. A tres casas se puede ver la entrada de un callejón desafiante, raído por el paso de los años, un antro de mala muerte que es conocido como "el callejón Cabrera". Aquí se mezclan familias que viven en casas apiladas y construídas a la fuerza, hechura de los propios ciudadanos y no de las autoridades y funcionarios de la minera. En este lugar se microcomercializa la droga que se vende en las playas y en las partes traseras de los pabellones, también es un prostíbulo que funciona las 24 horas del día previa cita con algún magnate al que se le tiene que pagar por el servicio. Es una serpentina de casas en cuyo final, al otro lado de la calle, se puede divisar la parte trasera del gran mercado del puerto. En sus paredes hay graffitis y perros enjutos, esmirriados, que hacen de guía cuando uno teme perderse. Lo paradójico que que en medio de la cantina, del callejón Cabrera y del billar, haya una estación de policías con oficiales sentados siempre, fumandose cigarrillos y escuchando algún vals o algún bolero y observando con nostalgia el otrora cine "Bahía" en el cual se proyectaban, en los años 70 y 80, las mejores películas del cine mexicano o las nuevas del americano.

-Los he traido acá por una razón- Inició la conversación Bracy, mientras ponía tiza en la punta de su taco.
-¿Qué has hecho ahora, negrura?
-Estoy cagado, pollo.
-Eso no es novedad, tienes un negro destino.
-En serio, les cuento. ¿Se acuerdan que estaba trabajando en una empresa de cable?
-Claro!-Dijo el primo- Recuerdo perfectamente que trabajabas como cable.
-Jaja, qué chistoso, en serio pues.
-Sí lo recordamos.
-Bueno, lo que pasa es que hace algunos días renuncié porque, ustedes saben, he conseguido un trabajo como gerente general del departamento de electricidad de marcona, entonces...
-Un ratito, un ratito-interrumpió el Primo- cual gerente general oye, bien que vas a ser pela cables.
-Bueno, lo que fuere, entonces, ayer un señor me llamó a mi celular, y me pidió que si por favor podía instalarle cable en su casa, pero que no quería que nadie se enterara, el vive al costado de la empresa donde trabajaba, a dos casas, le dije que ya, así como a la una de la madrugada me subí al techo y de la misma parabólica, saqué un anexo y lo conecté a un cable que iba directamente a los televisores del tío. La huevada me había salido bien paja, porque no hubo ni un "chis" ni un rayito ni nada, pensé que iba a quemarme, pero igual ya sabía como trabajar eso. Me pagó y me fui, al otro día me llaman temprano y me dicen "negro, la cagada, te están buscando huevón, han reportado que anoche como a las dos de la mañana y media, la antena parabólica de Cable Marcona ha volado, qué has hecho, mierda." Creo que puse el positivo en el negativo, la he cagado porque dejé a todo Marcona sin cable y al tío sin televisores, porque según me dijeron, también explotaron...
(Hubo un silencio corto)
-Puta que eres pendejo, negro.
-Jajaja, (estallaron en risas) cómo se te ocurre, mi querido Peter Ferrari, hacer semejante idiotez, ¿tú no sabes que por eso te deben estar buscando, hasta los de la Interpol?
-He venido a despedirme, mañana me voy de viaje.
-Carajo, encima eres correlón, todas las de negro tienes.
-Oye, qué quieres que haga, si me chapan, me jodo.
-Y ¿Cuánto te pagaron por hacer ese chiste?
-Cincuenta maracas.
-Estás con plata negro, vamos a tomar unas chelitas, pero por atrás nomás, no vaya a ser que te vean y te jodes. Mírate, estás blanco, negro huevón-Dijo characato.

Bracy era un tipo seguro, conocía a casi todos en Marcona, educado, amable, siempre presto para ayudar, dueño de un carisma y de un sarcasmo voraz, era un mil oficios, se había metido en cuanto trabajo pudo, pero no era ningún ignorante, gustaba mucho de la lectura y de hacer vida bohemia.
Antes de desgraciar el sistema de cable en Marcona, trabajó limpiando postes de alumbrado público y reparando líneas de teléfono. Del primer trabajo se fue porque un buen día había subido hasta lo más alto con su trapito y sin arnés, era casi de noche, de pronto una inusual garúa cayó sobre el puerto, al hacer contacto con un cable suelto del poste, el pobre negro se electrocutó y se puso más negro de lo que ya es. Bajó cogido del poste como mono y aún temblando, en los últimos metros de la caída, tomó más impulso y cayó mal, se fracturó el pie y no pudo trabajar por algunos meses.
Después de recuperarse, fiel a su estilo, siguió retando a las alturas. Reparaba líneas de teléfono, trabajo poco exigente, puesto que, por lo general, la telefonía local funciona muy bien allá. Entonces ideó una forma de hacer más dinero y puso el primer locutorio de llamadas en Marcona: "Llamadas aéreas de emergencia, llamadas,llamadas" Se trepaba de una troncal desde donde partían las líneas para toda una zona y con un teléfono de prueba, se ponía a hacer llamadas locales, nacionales e internacionales a cuenta de la compañía de teléfonos. De pronto, uno pasaba a cualquier hora, y veía al negro trepado en lo más alto de un poste y con un teléfono negrito como él, del tamaño de un ladrillo y haciendo llamadas encargadas, a un sol o dos la llamada, depende del lugar del destino y del tiempo. "Oye Bracy, qué haces tan arriba, huevón?" , "acá pues, trabajando! más tarde vamos a la playa, qué dices?", " Ya pues, pero a qué hora sales, para avisar a la gente" , " No sé, yo te llamo!", "No tienes saldo", " Y qué chucha crees que estoy haciendo acá arriba, más bien, no guardes el número que aparesca" y así, se pasó varios días en distintos puntos del puerto, llamando y llamando, hasta que le cayó la ley y tuvo que correrse a Nazca porque los de la empresa de telefonía lo querían linchar y les debía un montón de plata, que obviamente, jamás iba a poder pagar.

Se fueron a tomar algunas chelitas en unas bancas oxidadas que estaban en un parque de arena, desde donde había una vista espectacular al cielo de Marcona. Un cielo estrellado, sin nubes, con una luz diáfana que se refleja en cada una de las casas, la luna se ve más cerca y a lo lejos, la arena se pierde poco a poco, como si las estrellas la guiaran para terminar en el mar, la resaca de las olas se oía en medio de la madrugada, del humo del cigarro y del alcohol.

-Puta que tengo frío.
-Yo también negro. Y extraño a mi chica-Dijo el Primo.
-¿Tan sentimentales? yo también extraño a la mía-Suspiró el Pollo- ¿Y tú, Characato?
-Ni me hablen, por eso me vine de vacaciones, me puso cachos con un patita de industrial.
-Estás cagado, te daré un sabio consejo...nunca dejes lo que quieres ni lo que tienes, por una mujer.
-Ese negro, estás inspirado.
-En serio, si vienes, que sea a estar con tus patas, a huevear, a chupar, a distraerte, qué se yo.
-Sí, tienes razón, ya fue la melancolía.
-Bien dicho, carajo.
-Se han acabado los puchos, Pollo, cómprate más.
-Tengo una mejor idea-Pensó Bracy.
-Carajo, no jodas negro, otra de tus huevadas no pues.
-Qué ¿arrugan?, les propongo bajarnos pabellones, la gente recién está yendo a sus casas, sería divertido.
-Puta que eres terrorista negro, a ti te han debido llamar del MRTA o de Sendero.
-Vamos pues, de ahí yo me jalo a un asunto.
-Vamos pues-Animó el Primo.
-Será...
-Negro, ¿a qué asunto? -preguntó Characato.
-No seas sapo, serrano conchatumadre.

Raudamente se separaron para no levantar sospechas y se volvieron a encontrar por una zona llamada "Las Islas" donde había la mayor cantidad de personas despiertas, el negro era un estratega, hizo un plano, "vamos por Las Islas, nos bajamos tres, después subimos por la zona "O" y salado pollo, el pabellón de tu vieja también paga pato, luego subimos por la zona "P" y terminamos en "Las Colinas" volverían a casa pasadas las tres de la madrugada, los nervios atacaban a todos, menos al negro.

Bajarse pabellones consistía en desactivar la llave de luz que había en la parte trasera de los pabellones, dejaba a todas las cuadras sin suministro eléctrico, la razón de ser era sencilla: En Marcona casi jamás faltaba la luz, salvo cuando había emergencia, que se corte era un presagio de malas cosas.

-¿Listos? no arrugen mierdas, yo me encargo de bajar las llaves y desconectar los cables.
-Para eso chambeas, negro de mierda, todo lo que aprendes-Susurró Characato.
-Cállate carajo.

Se juntaron e hicieron una línea y muy despacio, cubriéndose las caras, se perdieron entre la oscuridad, evitando a los huachimanes que rondaban a esa hora. El negro se puso un pasamontañas y los demás se cubrieron con una capucha, se dividieron, dos casi en la esquina, y Bracy con el Pollo para bajar la llave.
El primer pabellon era un conjunto de casitas con cuadraditos iluminados, de un momento a otro, todo a oscuras.

-!Ya lo bajó!
-!Corre conchatumadre!
-Negro, ¿estás con pasamontaña o me estás hueveando?
-!Corran!

Un huachimán empezó a pitar por toda la cuadra mientras que los cuatro compadres corrían por separado, se perdieron entre la noche y en un par de minutos llegaron hasta el siguiente parque: el de los columpios, la zona "O".

-Mi vieja debe estar tomándose un cafecito, no sean así.
-Cállate carajo.
-Ese negro, puro diente, la cagada.
-Shhh...
-!Corran!

Otro seguridad tocó el pito y algunas gallinas empezaron a cacarear en medio de la bulla de los zapatos, se dividieron y el pollo tropezó, a unos veinte metros venía el huachimán en bicicleta, corrió lo más que pudo por la avenida principal pero entró en cuenta de que había un callejoncito cercano por donde no podía entrar con bicicleta y que lo llevaría justo a donde habían quedado. Entretanto, a lo lejos pudo ver un grupo de personas saliendo de sus casas, asombrados por la luz.

-Ahora sí, la última de la noche, tengo una mejor idea.
-¿Qué vas a hacer negro? - Lamentó cansado el Primo.
-Síganme.
-Te seguimos siempre, oh, señor de los milagros.
-Ya San Martincito, vamos pues.
-Ah, están chistosos, a ver si van a poder correr ahora.

La caja de la llave del pabellón de la zona "P" estaba con seguro, una cajita lo cubría, Bracy sacó una llave maestra y palanqueó, introdujo la llave por la cerradura y logró abrir la caja.

-Eres un chucha, oye.
-Son las llaves maestras de la ciudad.
-¿y cómo carajos las tienes?
-Soy amigo del alcalde, pero para trabajos de refacción, jamás sería para robar.
-Ah ya, lo sabemos, eres un zambito honrado, descuida.
-¿Listo?
-Listo!
-Corre!

A lo lejos otras dos sombras esperaron hasta que estén los cuatro para que corran juntos, cuando de repente, Bracy vociferó:

-Temblor! Señora, ayuda! Se sale el mar, se sale el mar !
-Cállate negro de mierda, la estás cagando !
-Señora, temblor! Se hunde la costa!
-Callen al negro, oye...
-Se sale el río!
-En Marcona no hay río, negro imbécil !
-Se me corre la media, señora, temblor !
-Tres huachimanes, la cagada, corran!
-Eso es chicos, qué divertido es escapar de la justicia!
-Cállate negro reconchatumadre, que por tu culpa nos estamos yendo a la mierda!
-Nos agarran, nos agarran, mamá, qué va a decir mi mamá!
-Dos a la derecha y dos a la izquierda, nos encontramos en la parte de atrás de la canchita de fútbol de Las Colinas, rápido.

Se dividieron en el acto, vieron que los huachimanes los habían rodeado, ellos también se separaron, el negro y el pollo corrieron por distintos pabellones que hacían llegar a Las Colinas, estaban seguros porque habían perdido de vista a sus perseguidores, solo tenían que asegurarse de mantener la distancia. El problema estaba en el primo y en characato, que no corrían tanto y que eran medio ciegos, el characato, en un momento, desapareció. Al percatarse de esto, el primo se detuvo y se escondió para que no lo vean.

-¿Dónde mierda te has metido, characato?

Desde algún lugar remoto, se oyó una voz cortada, como ahogada.

-Primo! acá, ayuda!
-Carajo. dónde te has metido...
-Acá primo! a tu derecha!
-No me huevees habla bien, nos están siguiendo...
-Acá , en el bote !
-En qué bote !
-La basuuuuuuuuuuura.

De pronto divisó la cabecita del chacaracato, llena de papeles y desperdicios.

-Carajo, qué mierda haces ahí, qué asco eres.
-Me seguía y me desvié y me metí un clavado de aquellos, primo. El huachimán siguió su camino y ni cuenta se dio.
-Eres un huevas tristes, ya sal rápido que nos esperan, felizmente estos tachos miden metro y medio.
-Si hubieras visto mi clavado, una cosa impresionante.
-Quita, cochino.

Se encontraron todos donde quedaron, el negro fumaba un cigarrillo de lo más tranquilo, el pollo aún seguía algo nervioso.

-Tanto se han demorado?-Reclamó Bracy.
-Carajo, el huevón de characato de metió de cabeza al tacho de la basura.
-Jajaja, y por qué?
-Por imbécil.
-Es que me venían persiguiendo y no tenía dónde esconderme y tuve una brillante idea sí o no?
-Eres un hueveras, bueno en fin, ahora sí tengo que irme, nos vemos mañana gente, y hagan ejercicios pues, que para mañana la misión es dejar sin luz la casa de los funcionarios y bajarnos la central eléctrica de todo Marcona, ya tengo las llaves.

Todos miraron a Bracy y le dijeron en coro, al mismo tiempo, mientras se daban vuelta para irse:

-!Te vas a tu mierda, negro!

3 comentarios:

Carlos dijo...

Esta entrada se ha citado en el blog Marcona en los Medios (http://marconainmedia.blogspot.com/)

Lucía dijo...

BICHO, tus entradas no son largas, son buenas. Me gustan muchos tus post porque me teletransportan completamente a tu mundo. Siempre me pregunto.. cual de los personajes es Chapu? haha.

Sabes que eres lo máximo escribiendo, que te quiero un montón y que realmente LEERTE ES UN PLACER.

Jocho dijo...

JAJAJAJAJAJ
que buen cuento!!!!