lunes, 30 de noviembre de 2009

No llores por mí, Argentina

Eres algo así como la contradicción equidistante de mi vida.
Tú eres de Buenos Aires, te conocí en Bogotá y vivimos en Lima porque prácticamente te he obligado a venir, tú no has querido porque Lima te parece una ciudad demasiado pequeña (Porque sabes que solo puedes salir a caminar tranquilamente por Miraflores, Surco, La Molina, San Isidro y en las playas del sur) y eso te hace sentir una claustrofobia perpetua, un encierro casi inhumano, por eso no te gusta Lima, aunque ames comer tan rico aquí, la calidez de la gente, la amabilidad y el buen humor, que a pesar de todo lo que se vive en esta malsana ciudad, nunca se pierde.

Tú eres de Buenos Aires y jamás ese dejo se te va a ir, probablemente a mí se me pegue poco a poco, pero tú, como toda buena argentina, conservarás hasta el final tu forma tan bonita de hablar, aunque a muchos no les guste y llevar aquí ya cuatro años no ha sido suficiente para que al menos se te escape algún "manyas" , no, al contrario, me sigues diciendo con toda soltura "pará un poquito de hablar así, che" y a mí me gusta eso porque siento que ambos estamos en nuestra posición, es la primera vez que estoy con alguien que no es de mi país, eres la primera extranjera en mi vida.

No importa contar en qué circunstancias te he conocido en Bogotá, me importa el presente, lo que eres y lo que piensas, me importa que te conoscan, describirte como eres, aunque alguien una vez me dijo que uno nunca terminaba de conocer a las personas, ¿Tú crees que es cierto eso?
-La verdad, a mí me cuesta conocer mucho a las personas, pero con vos fue distinto.
-¿Tú crees? a qué te refieres con "fue distinto".
-Y, no sé, vos sos más abierto, te soltás más rápido, contás tus cosas y uno toma confianza rápidamente.
-Eso me ha traído varios problemas, créeme, pero confío mucho en la gente.
-No te preocupés por mí, vos sabés que podés confiar sin problemas, por algo tenemos tanto tiempo juntos ¿no bicho?
-Sí, yo lo sé, por eso tú eres tan importante para mí, por eso no podía permitir que sigas como estabas y donde estabas...
-Pará un poquito con eso, no quisiera hablar de eso ahora.
-Yo no voy a tocar el tema, descuida.

Por eso no quiero hablar del pasado, porque sé que es un tema sensible para ella, por cierto, no he dicho su nombre aún, se llama Macarena, y es licenciada en literatura de la Universidad Católica Argentina, ahora que ya te presenté, diré que tú me enamoraste por lo que leí de ti, por tu manera de escribir, de vivir, por tus miles de demonios y por tus miedos y esperanzas, porque estabas medio perdida sin saber qué demonios hacer, porque casi te mueres un domingo a la una de la tarde y yo sé que no hay peor cosa que morirse un domingo a esa hora, hubiera sido terrible, pero felizmente estás acá aunque no quieras que te recuerde esa etapa oscura de tu vida de la cual te ayudé a salir. Tienes una capacidad endemoniada para escribir cada cosa que te pasa, que no te pasa o que crees que te pasa, eres audaz y creativa en potencia, eres la mejor aunque no hayas terminado la universidad en los primeros puestos, eso no importa, lo que importa es cómo produces y tú lo haces estupendamente bien, eres una artista sombría, tocas piano, cantas, te gusta la buena música, lees buena poesía, buena literatura, tienes una chispa para ver la vida increíble, tienes ángel para aconsejar, eres depresiva y pesimista aunque nadie se haya dado cuenta de eso, pero me gusta, porque sé que solo yo puedo intuir lo que te pasa, como hace algunas noches, como siempre no me olvido de que eres mujer y que prefieres guardarte las cosas antes que participármelas.

-¿Te pasa algo?
-No.
-¿Y por qué tienes esa cara, como si nos hubiera caído la sunat?
-Pará un poquito que no estoy para bromas.
-Dime cuándo he bromeado yo en mi vida.
-!Ya basta che!
-¿Qué te pasa? en serio dime...
-No me pasa nada, ahora déjame dormir.
-Tenemos cuatro años en lima y sé perfectamente que tú tienes algo, ¿no hemos vivido tanto por las puras no?
-Dejame, no tengo nada, no me pasa nada.

Yo apagué la luz y me quedé pensando un rato, como es lógico ella tenía algo pero no me lo dijo hasta que despues de un rato sonó su celular. Se despertó y vio el mensaje, apretó muy fuerte los dientes, yo la vi, y se volvió a meter a la cama, antes apagó el celular.

-Ahora sí me vas a decir qué carajos te pasa.
-zzz...
-No te hagas la dormida, háblame.
-Bicho, qué querés! son las 2 de la madrugada, por favor, dejame dormir.
-Dame tu celular, necesito ver.
-Qué vas a ver, dejate de joder un poco, dejame dormir ¿querés?

No me iba a quedar tranquilo, estiré la mano y cogí el celular, fui al baño y me encerré. Vi el mensaje.
"Ya sabes, mañana a la hora que quedamos, no me puedes fallar, tu vida no puede ser tan aburrida como hasta ahora, yo no te olvido. Alejo.

Era tu ex, sabías perfectamente que lo detestaba porque te dejó sola cuando esperabas un bebé con tres meses de embarazo, que hacía que te drogues y que abusaba de ti, que te pegaba cuando le daba la gana y que venía borracho y tenía mil putas, pero no, tú eras la primera para él, te quería tanto que te dio el privilegio de ser la primera, "Tengo novia, la amo más que a nada" ¿Cómo crees que te ama si te hace todo eso?, si cuando se enteró que estabas embarazada te dijo que cómo mierda era posible que tú te hayas podido embarazar, que por qué no te habías cuidado y que él estaba demasiado jodido como para hacerse cargo de ese bebé, te tiró una cachetada que sé que te dolió hasta el alma y que te hizo sentir humillada, despreciada y con un bebé de un papá que ni siquiera te quería.
Y ahora viene a decirte que te extraña, que te ama.
¿Se aburrió de sus putas, se aburrió de su vida y quiere algo de diversión contigo?
Tú sabes perfectamente que cuando yo te vi caminando en Bogotá, tú estabas llorando y sin saber qué hacer, me acerqué y te pregunté qué te pasaba, no tuve mala intención jamás y te ayudé en lo que pude, ese bebé nació y me enamoré de ti, de tu historia, de tus ojos azules inmensos, de tu mirada perdida, de tus ojos tristes y tú me dijiste que fui un ángel que se cruzó en tu camino y que cambió todo. Te saqué de la depresión con cariño, hice que jamás vuelvas a drogarte ni a llorar, amé a ese niño como si fuera mío y trabajamos juntos, tenemos una vida entera, y ahora viene él y pretende quitarte toda esa tranquilidad y estabilidad que ya habías conseguido, cómo quieres que me sienta, dime Macarena, dime.

Todo eso te dije después de salir del baño, tú te pusiste a llorar y yo entendí algo: Que ese mensaje no tendría por qué afectarte, pero si lo hizo fue porque aún quedaba algo de él en ti. ¿Por qué demonios siempre han de fijarse en quien les hace daño, en quien peor las tratan?
No lo entendí de nadie, menos lo voy a entender de ti.

-¿Vas a verlo?
-Dejame que te explique...
-Solo dime si vas a verlo, tú estás en tu derecho, no hay problema.
-Quiero que entiendas que solo quiero decirle que nunca más lo voy a volver a ver, necesito dejarle bien en claro las cosas.
-Listo, suerte entonces.

Tú sabes que yo salí, que esa noche no dormí en el departamento, no podía hacerlo, tú sabes que me fui a la casa de mi mejor amigo, porque te llamé después para decirte que estaba bien, yo me preocupé por ti, hasta en eso, para que no te preocuparas si es que no sabías nada de mí, aunque sinceramente nunca supe si te interesó. También sé que esa noche estuviste llorando, nadie me lo contó, yo lo supe porque lo sentí, porque te conocía desde siempre, porque a mí no podías ocultarme nada. Regresé a la mañana siguiente, tú ya no estabas, dejaste al bebé solo con la nana, ¿Tanto pudo cambiar tu vida ese mensaje? por eso seguro que no querías que te hable más del pasado, no querías recordar todo lo que te hizo él, querías pensar en que recién lo estás conociendo, seguro te ha dicho que ha cambiado, que no es lo mismo y como tú amas tu libertad y la aventura, vas a verlo, aunque me digas que será para advertirle que no habrá otra vez más.

Se han hecho las seis de la tarde y no has llegado. Estoy empezando a impacientarme sin saber dónde estás, he cogido el celular y te he marcado, ahora sí estoy realmente preocupado.

-¿Dónde estás?
-Voy a demorar un poco, vos encargate del bebé, yo llegaré algo tarde, cuidate mucho y cuidá al bebé, más tarde regreso.
-!Pero dime dónde estás!...
-...
-Maldita sea.

Sabes que me colgaste el teléfono, sabes que te esperé toda la noche escuchando música que a ti también te gustaba, sabes que a las 3 de la mañana vi todos nuestros vídeos juntos en la computadora, sabes que estaba demasiado preocupado, te volví a llamar casi a las 4 y no contestaste, estaba apagado, me pareció más raro aún. Intenté dormir y a las pocas horas me desperté y no estabas, intenté ubicarte y no te encontré, llamé a las amigas y no sabían nada de ti, al trabajo no habías ido, estabas desaparecida y el bebé esperaba por ti, se lo encargué a la nana y sabías perfectamente que ese era un riesgo, pero tu decidiste correr todos los riesgos y no sé si ha valido la pena.
No volví a saber nada más de ti hasta que un amigo me llamó y me preguntó si seguía contigo. Le dije que no, que no sabía nada de ti, me dijo que te vió en una playa de punta del este con él, que no sabía si decírmelo pero que por ese lazo estrecho de amistad que nos une, tenía que hacermelo saber, yo lo intuí, eras demasiado inestable como para no querer volver. Al final en la vida hay cosas de las cuales no se pueden ser ex. Uno no puede ser ex pecador, ex drogadicto ni ex maricón, mucho menos ex inestable, porque tarde o temprano en alguna decisión, por más pequeña que sea, se termina dudando, y así es.

Dije que no me importaba contar en qué circunstancias te conocí en bogotá, pero ya las he contado y espero que algún día las leas, quiero que sepas que me he mudado, el departamento era demasiado grande para los dos, que estoy cuidando muy bien al bebé y que siempre te llama e intento decirle mil y un excusas para que no llore, aún no entiende nada, está muy pequeñito, solo espero que más adelante, cuando vuelvas por él (porque sé que vas a regresar por él) no se haya olvidado de ti, yo quiero pensar que estás de viaje, pero eso sí, conmigo las cosas no van a ser las mismas, y tú mejor que nadie sabes que el mundo da vueltas Macarena, probablemente cuando vuelvas a ser mamá y pienses en que tienes un hijo también la vida no será igual para ti, pero trato de entenderte, porque en el fondo sé que tu peor enemigo eres tú y que la consumación de todos tus miedos aún no la has podido enfrentar y tu dependes de tu inestabilidad como tu única arma para sentirte importante y encontrarle algún sentido a tu vida.
Nos vamos a volver a ver, descuida, por ahora pienso irme a vivir a Buenos Aires, ten por seguro que el destino nos va a volver a encontrar, pero en otras circunstancias, ojalá que no te arrepientas, porque te juro que ya es demasiado tarde.

No hay comentarios: